MINUCIAS EN LA VIDA


El otro acercamiento a la frase: “¿tienes novia’”

Genaro Aguirre Aguilar

Cuando el joven tomó la palabra para sugerir que en el siguiente ejercicio para explorar la relaciones de género en la Universidad Veracruzana, específicamente en la facultad de Ciencias de la Comunicación, no se pensara en términos de “hombre” y “mujer”, sino abrirse a otras posibilidades identitarias o de orientación sexual como bien pudieran ser “heterosexuales, “homosexuales, bisexuales, entre otras opciones”, cimbró las lógicas desde las cuales –tradicionalmente- se piensa el mundo social, sus identidades, sus relaciones, sus sujetos.

Su razón era suficientemente razonable: “hay algunos que allí no nos reconocemos”. En pocos minutos, entendíamos que por primera vez (o tal vez no haya memoria para precisar esto) el término “comunidad gay” era reconocido no sólo en un evento escolar, sino también por quienes conformamos una parte de esta comunidad académica: profesores y estudiantes.

Más tarde, terminaríamos por comprender la necesidad de estos reconocimientos, pues de tan común que es el sentido común, solemos negar esas otras visibilidades sexuales que se vienen construyendo y cada vez más ganan espacios; no sólo en la redefinición de la estética del mundo moderno (desde los aromas que bañan las tardes en cualquier plaza, hasta los accesorios o atuendos que portan hombres y mujeres, incluida buena parte de la música que se escucha), sino también en aquellos terrenos donde muchas decisiones mueven nuestras vidas en estos tiempos.

Es cierto que no es fácil, finalmente la realidad suele estar modelada, definida por una racionalidad que dividió al mundo, donde lo obvio era partir de lo perceptual inobjetable: se es mujer u hombre (ojo con la exclusión). Sin embargo, y aun cuando entendemos la categoría de género es una invención de la modernidad, tal clasificación fractura formas de entendimiento que en estos momentos tienen que ser apremiantes, para poder construir un mundo más incluyente y comprensible.

Qué tanto estamos abonando al reconocimiento de la diversidad sexual desde nuestros ámbitos relacionales, no lo sé pero apostaría por señalar que en la academia, por lo menos desde el minúsculo micro universo en que solemos movernos diariamente, bien poco. En nuestras redes sociales o fraternas, quizá siga habiendo pendientes. Desde nuestra casa, lo más probable es que nada. Y todo viene dado por una simplicidad hogareña, pues suele ser más común que el señor de casa, el tío o la tía, los abuelos, llegada la adolescencia pregunten: ¿tienes novio? (a él) o ¿tienes novia? (a ella); antes que preguntarse si en esa etapa de definiciones identitaria, el chavo o la chava tienen dudas sobre sus preferencias sexuales.

Espero equivocarme, pero también me preguntaría; habrá alguien que se detenga un instante a dar cabida a la pregunta: ¿mi hijo, mi sobrino, mi nieto será gay?

5 comentarios:

MaRiÉ dijo...

Es importante cuestionarnos...¿Hasta que punto afecta el rechazo de los padres hacía sus hijos por su orientación sexual? Los jóvenes que son rechazados por sus familiares tienen una inclinación más fuerte al suicidio,mayor propensión a sufrir depresión, mayor tendencia a consumir drogas ilegales y mayor probabilidad de practicar actos sexuales de riesgo.

México es un lugar donde se presenta mayor indice de rechazo por parte de la familia .
La familia es un refugio, tendría que serlo incondicionalmente para todos.....o no??

LUDIN MORALES dijo...

Quiza no es tanto que los padres no se detengan a cuestionar si su hijo es homosexual o no. porque muchas veces el infante lo demuestra con su forma de actuar, de pensar, de reaccionar ante su entorno.

Los padres hacen ojos Y oidos sordos ante las pequeñas pistas que sus hijos inconcientemente les van dejando, ¿porque? porque desde luego para un padre, es doloroso y muy dificil que su hijo o hija resulte con preferencias sexuales distintas, no solo por el estigma social, si no por lo dificil que sera la vida que va a tener.

En pocas palabras y coloquialmente dicho, se hacen de la vista gorda, se formulan hipotesis; -"mi hijo(a) esta chiquit@ por eso no le gusta hacer deporte, por eso mi hija no juega muñecas, por eso mi niña juega con varones, por eso mi hijo se expresa como niña. etc.

Pero finelmente diria que Apoyo la ideologia de Michel foucault, "La sexualidad evoluciona" y la forma de concebir las relaciones;tambien debe evolucionar.....

Eugenio Ocaña dijo...

La identidad y sus representaciones, algo difícil de asimilar y más difícil de manifestar en papel. Siempre que se escribe se deja mucho a un lado de lo que se piensa. Cuando se investiga se esta obligado a ignorar ciertos "puntos de vista" que no competen al tema de investigación.
Hasta que nivel podemos vernos representados en una categoría. Y no hablo solo dela cuestión homo o hetero. Me alargo a categorías de Estado Civil. Nivel Económico. Categorías que comúnmente se rigorizan en unas cuantas opciones.
Definitivamente debemos replantearnos la forma de representar cada sector en base a cada tipo de investigación.
Pero el paso más difícil, a mi parecer, es que los otros acepten como "posibles" dicha categorización. Porque "entenderlo" es lo que cuesta trabajo.

Villarreal dijo...

Me preocupa la derechización de la sociedad. Me preocupa que la moral sea usada como ganzúa por los truhanes. Me preocupa cuando se tratan de hacer identificaciones ancladas: tú eres esto y serás lo mismo forever. Me preocupa cuando se esgrime la frase "los valores en la educación" sin tener la más remota idea al respecto.

Genaro Aguirre dijo...

No tengo porqué no coincidir con sus opiniones, las mismas que agradezco. Los tópicos como las miradas desde donde construimos el mundo, suele ser diversa; por lo tanto las posiciones que solemos tener.
En virtud de lo complejo (o del sentido común que a veces prevalece), creo que debemos contribuir a allanar los caminos. Comenzó por lo más cercano: sea en cortido, pues.

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