
El desencanto personal y la política
Genaro Aguirre Aguilar
Hoy que se han destapado precandidaturas de todos los signos políticos, para bien o para mal no sólo en la agenda de los medios de comunicación sino también en las charlas de café u otros rincones de la vida misma, hablar, comentar, analizar y bromear parece -poco a poco- forma parte de los hábitos del estar en la ciudad.
En otros momentos esto me daría gusto, pues siempre he dicho hace falta asumir posiciones frente al proyecto político y social nacional. No obstante, hoy cuando hemos sido testigo que los proyectos políticos de nuestros políticos no son ni serán los mismos que los que un simple mortal como quien escribe tiene, lo que menos debo hacer en pecar de inocencia.
Si bien no me sorprende escuchar los lugares comunes desde dónde los llamados precandidatos tratan de convencer a los electores de ser la mejor opción, no deja de sorprender la inocencia, la candidez, la ingenuidad de una sociedad que vuelve a responder desde los mismos lugares comunes desde dónde suele ser pensado y reconocido por la clase política y sus protagonistas en tiempos electorales.
Y aquí no sólo encuentra cabida un ciudadano que sobrevive apenitas, sino también una clase media "ilustrada" que sigue confiando en que lo que piensa y cree, tiene que importarle a un candidato. No obstante, quienes han estado en la academia, en la oposición y luego se han incorporado a la gestión pública, saben que las razones del poner son otras, algunas que nunca imaginaremos quienes desde afuera creemos saber lo que ocurre en los intestinos del poder y la gestión política.
Por ello, no me llamaré a sorprendido cuando mañana volvamos a ver más de lo mismo. Desde ahora, clausuro toda esperanza. Acompañaré y podré ser testigo de esta coyuntura, pero en medio del descrédito, la desconfianza y la certeza que la procuración de otro mundo, de otra sociedad no será viable, si no comienzo conmigo mismo: dejar de ser tan confiado.
1 comentarios:
Considero no basta con volvernos desconfiados o ponernos a ver (más de lo mismo), tenemos que actuar desde nuestras trincheras, no para generar conflictos, sino en pro de un casos social (K. Marx) motivar a la gente a pensar (motivados lo hacen de forma voluntaria), para salir de este marasmo (palabra utilizada por F. Calderón en su último informe… ¿de gobierno?) en que se encuentra el país.
Es mi muy humilde opinión
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