ANALISIS Y PROPAGANDA
Edgard González Suárez/15 de Junio 2010
Hay análisis y hay propaganda, las tendencias propagandísticas aseguran que el PRI arrasará en las 12 gubernaturas que estarán en juego el próximo superdomingo 4 de julio, e incluso esta debilidad por la propaganda, enruta este carro completo a la Presidencia de la República en el 2012.
Esta propaganda es la línea oficial del CEN del PRI que incluso apoyados en las encuestas oficiosas de Milenio-Gabinete de Comunicación, dan como margen en casi todos los estados una ventaja de entre 10 y 20 puntos de los candidatos del PRI sobre los del PAN.
Para desfortuna de esta técnica de investigación social, las encuestas se han vuelto objeto no mediciones científicas, sino de propaganda para mostrar tendencias inexistentes en la realidad pero deseables para mostrar en periódicos y televisión.
La euforia arrancó con Yucatán, proceso ganado por el PRI, donde también se había seguido la línea y se sostuvo mediáticamente que el PRI arrasaría en el estado e incluso en la capital, donde se concentra el 43% de los electores y acabó ganando Mérida (en manos del PAN por más de 19 años), por solo 3 puntos de diferencia.
Las mediciones demoscópicas –independientes- o con fines informativos y para la toma de decisiones, van mostrando una realidad por lo menos competida en algunos casos, y de franca ventaja Priísta en otros. Por ejemplo, en Chihuahua, Sinaloa, Hidalgo, Veracruz, Puebla, Tlaxcala se prenden focos rojos, ante escenarios electorales competidos. Competidos quiere decir, que si bien podría ganar el PRI, lo cierto es que se estaría muy lejos de “arrasar”, donde la distancia real puede ser de 4 a 6 puntos porcentuales no son nada y configuran escenarios de competencia cerrada. Hay Estados como Zacatecas, Aguascalientes, Tamaulipas y Durango, donde el PRI prácticamente no tendría problemas en asegurarse la victoria.
La única elección que la propaganda oficial reconoce como cerrada es la de Oaxaca, donde las encuestas de propaganda dan a Eviel Pérez Magaña (PRI-Verde) solo una ventaja de 4 puntos sobre Gabino Cué (36.8%, sobre v32.2%). Pero mediciones independientes aseguran que cinco puntos porcentuales separan al candidato de la alianza Convergencia-PRD del candidato del PRI. Dejando entre ver no un escenario de competencia sino de franco conflicto e incluso violencia electoral.
Aquí frente a lo que nos encontramos es ante escenarios donde bien podría salir avante el PRI, e incluso llevarse la mayoría de las gubernaturas, pero donde la distancia respecto del PAN no sea tan descomunal como la propaganda oficiosa quisiera hacernos creer.
Otra secuela que dejará esta elección es que las alianzas anti PRI, promovidas por el Felipe Calderón y el CEN del PAN, a donde concurrieron PAN y PRD, no funcionaron, o de hecho fracasaron.
A mi me parece que las elecciones no las ganan las encuestas, sino las estructuras y los aparatos de movilización de los partidos el día de la Jornada, un buen diseño de imagen y promoción, una buena participación ciudadana y órganos electorales confiables.
Veamos si para el caso de Veracruz podemos cumplir con esos requisitos.
Edgard González Suárez/15 de Junio 2010
Hay análisis y hay propaganda, las tendencias propagandísticas aseguran que el PRI arrasará en las 12 gubernaturas que estarán en juego el próximo superdomingo 4 de julio, e incluso esta debilidad por la propaganda, enruta este carro completo a la Presidencia de la República en el 2012.
Esta propaganda es la línea oficial del CEN del PRI que incluso apoyados en las encuestas oficiosas de Milenio-Gabinete de Comunicación, dan como margen en casi todos los estados una ventaja de entre 10 y 20 puntos de los candidatos del PRI sobre los del PAN.
Para desfortuna de esta técnica de investigación social, las encuestas se han vuelto objeto no mediciones científicas, sino de propaganda para mostrar tendencias inexistentes en la realidad pero deseables para mostrar en periódicos y televisión.
La euforia arrancó con Yucatán, proceso ganado por el PRI, donde también se había seguido la línea y se sostuvo mediáticamente que el PRI arrasaría en el estado e incluso en la capital, donde se concentra el 43% de los electores y acabó ganando Mérida (en manos del PAN por más de 19 años), por solo 3 puntos de diferencia.
Las mediciones demoscópicas –independientes- o con fines informativos y para la toma de decisiones, van mostrando una realidad por lo menos competida en algunos casos, y de franca ventaja Priísta en otros. Por ejemplo, en Chihuahua, Sinaloa, Hidalgo, Veracruz, Puebla, Tlaxcala se prenden focos rojos, ante escenarios electorales competidos. Competidos quiere decir, que si bien podría ganar el PRI, lo cierto es que se estaría muy lejos de “arrasar”, donde la distancia real puede ser de 4 a 6 puntos porcentuales no son nada y configuran escenarios de competencia cerrada. Hay Estados como Zacatecas, Aguascalientes, Tamaulipas y Durango, donde el PRI prácticamente no tendría problemas en asegurarse la victoria.
La única elección que la propaganda oficial reconoce como cerrada es la de Oaxaca, donde las encuestas de propaganda dan a Eviel Pérez Magaña (PRI-Verde) solo una ventaja de 4 puntos sobre Gabino Cué (36.8%, sobre v32.2%). Pero mediciones independientes aseguran que cinco puntos porcentuales separan al candidato de la alianza Convergencia-PRD del candidato del PRI. Dejando entre ver no un escenario de competencia sino de franco conflicto e incluso violencia electoral.
Aquí frente a lo que nos encontramos es ante escenarios donde bien podría salir avante el PRI, e incluso llevarse la mayoría de las gubernaturas, pero donde la distancia respecto del PAN no sea tan descomunal como la propaganda oficiosa quisiera hacernos creer.
Otra secuela que dejará esta elección es que las alianzas anti PRI, promovidas por el Felipe Calderón y el CEN del PAN, a donde concurrieron PAN y PRD, no funcionaron, o de hecho fracasaron.
A mi me parece que las elecciones no las ganan las encuestas, sino las estructuras y los aparatos de movilización de los partidos el día de la Jornada, un buen diseño de imagen y promoción, una buena participación ciudadana y órganos electorales confiables.
Veamos si para el caso de Veracruz podemos cumplir con esos requisitos.
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