MINUCIAS EN LA VIDA



Qué tanto es tantito en nuestro futbol nacional


En verdad que somos un país más cercano a la esquizofrenia que a la cordura, algo que es posible reconocer si por un instante nos detenemos a contemplar o reflexionar sobre lo que acontece en nuestra vida diaria. Lo peor del asunto es que ante esto, estamos imposibilitados a educar con ejemplos cercanos, si de fomentar los valores y el respeto a las reglas se trata.


No voy a ir muy lejos, hace poco se hizo un escándalo porque como autoridad en la Selección Nacional, Néstor de la Torre se atrevió a sancionar a un grupo de futbolistas que supuestamente habían incurrido en una falta a al reglamento de la selección nacional.


Aquel evento llegó hasta las páginas de una revista de espectáculo que pudo entrevistar a un travestí que aseguró haber tenido un encuentro sexual con uno de los jugadores estrellas del seleccionado mexicano.


Para mostrar su inconformidad y «medir fuerzas» en todo caso, una decena de futbolistas firmaron una carta en la que acusaban a Néstor de la Torre de intolerante, de prepotente, por lo que pedían su renuncia.


Hubo muchos programas especializados en el análisis deportivo que reconocían esa sanción como un precedente, además de señalar que era la primera ocasión en que ese «supuesto reglamento» interno se revelaba como existente. Total que por lo menos fue un par de semanas en el que el seleccionado anduvo de paseo por distintos programas tanto en la tv como en la radio y la prensa escrita.


Hoy amanecimos con la noticia que el director de Selecciones Nacionales, Néstor de la Torre ha decidido renunciar al cargo para mostrar una «congruencia», pues tras reunirse con los dirigentes del balompié mexicano, al parecer se le solicitó que «pidiera disculpas públicas» a los jugadores del seleccionado nacional.


Es decir, una vez más los «nombres y los intereses de grupo» pasan por encima de un reglamento, algo tan común en nuestro país que no tendría que sorprendernos pero sí mostrar las inconsistencias propias de una sociedad donde llamar a cuentas y sancionar en -casos como estos- duermen el sueño de los justos, y en otros terminan por acechar a los más vulnerables.


Así, se queremos educar con el ejemplo, bien valdría la pena que para promover los valores entre nuestros estudiantes, esas generaciones del presente a quienes queremos hacer mejores ciudadanos para el mañana, le digamos que hay países donde el estado de derecho otorga beneficios pero también compromete, que para eso hay normas, reglamentos que si no se cumplen existen sanciones o disposiciones que suelen acatarse, pero que en México no; que ahí está el ejemplo del futbol mexicano, donde el decoro, la decencia, la dignidad suelen brillar por su ausencia, pues siempre terminan por imponerse los intereses de grupos económicos y ahora el poder de un puñado de futbolistas que dicen jugar en el extranjero, pero que casi siempre están en la banca.


Es decir, tendríamos que acudir a otras experiencias para poder hablar de respeto a la legalidad y las leyes, pues aquí hemos hecho costumbre del «qué tanto es tantito» para violar acuerdos o reglamentos. O quizá en este año del bicentenario, quienes ofrecen espejitos y baratijas como para reinterpretar parte de nuestra historia patria, sea ese puñado de futbolistas, estrellas de la opacidad, pero que en un futbol mediocre como el nuestro, terminan por ser reyes en medio de tantos ciegos.


Por eso estamos como estamos.

1 comentarios:

Jorge Campa Perez dijo...

La intención de querer seguir viviendo sin referentes que garanticen una convivenvia pacífica y encaminada al desarrollo, sólo marca una trayectoria hacia el desencanto, la violencia y la anarquía, en donde la ley del más fuerte es la imperante, y el estado de derecho se difumina como una triste ilusión.
¿Quienes sufren esto? Los de siempre, los que no tenemos la manera de defendernos, es decir, de hacer valer nuestro poder, nuestro derecho, pues es ese el que buscamos a fuerza de seguir la corriente al que estamos matando.
Lamentablemente, lo que también ha muerto es el sentido común, la responsabilidad personal y social y las ganas de mejorar a la región que tenemos.
Yo creo que por muchos motivos hemos de declarar una "cafetazo" a la sociedad civil que no se indigna, al gobierno -como mercaderes de riquezas fraudulentas- que no cumple con su función, y a las posibilidades de desarrollo.

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