LOS MARCIANOS LLEGARON A VILLA DEL MAR


VÉRTICE POLÍTICO
Edgard González Suárez/26/AGO/2011


LLEGARON LOS  MARCIANOS A VILLA DEL MAR

Cual narración literaria, o película surrealista, el jueves 25 se vivió uno de los fenómenos comunicacionales y sociológicos más interesantes de los últimos tiempos en Veracruz. Desde las 9 de la mañana, un espectacular uso de los celulares, radios y de los sitios sociales como facebook y tweter, crearon el pánico colectivo más impresionante que se haya vivido en la ciudad. Los mensajes aseguraban granadazos dentro de escuelas, balaceras a las afueras de las mismas y levantones de estudiantes, niños y jóvenes, lo que generó que más de 100 mil personas se movilizaron (al mismo tiempo) a las escuelas a “rescatar” a sus hijos.
El fenómeno puede observarse desde una óptica comunicacional, como por ejemplo, la capacidad y credulidad de los mensajes por celular, para lograr que en menos de una hora, la gente abandonara sus trabajos, las madres, sobre todo, corrieran al borde la histeria y la preocupación hacia las escuelas para exigir a los directores y maestros la entrega de los niños. Era impresionante, a un servidor, le llegaron no más de 25 mensajes en 4minutos y alrededor de 15 llamadas telefónicas en un lapso similar. Muchas preguntaron qué pasaba, y si sabía algo acerca de presuntos ataques a las escuelas primarias; muchas más aseguraban que las escuelas –la Azueta, el Ilustre, el CETMAR, el Colón, el Rugier, la ETI 26, algunos jardines de niños en las brisas y Río Medio- estaban bajo un ataque del crimen organizado.
Pero también tiene tintes sociológicos, la clase media, portadora de los teléfonos inteligentes, quedó lívida y muda, pero dando instrucciones a otros para reaccionar a la alerta; pero también los trabajadores, desinformados e incrédulos del ausente gobierno, salieron a las calles desaforados, rumbo a las escuelas, gritando y llorando, para pedir a sus hijos. Las principales calles y avenidas de la ciudad, Díaz Mirón, Boulevard, Allende, Bolívar, Juan Pablo II, Américas, Martí, Matamoros, España, Costa Verde, Urano, Av. Veracruz, Xalapa, y Cuauhtémoc, quedaron atascadas y reflejaban un tráfico inusual y desesperado.
Ni la delegación de la SEV, ni la propia Secretaría, ni los Municipios y mucho menos el Gobierno Estatal, dieron muestras de interés, sensibilidad o siquiera preocupación por la alarma social. Nuevamente, la ciudadanía rebasó al Gobierno, para quien “no pasa nada” en Veracruz, y los “operativos” siempre son exitosos y coordinados con las fuerzas federales. Las autoridades, todas ellas sofisticadas en su verborrea para ocultar la verdad, fueron exhibidas en su incapacidad para hacer frente, no a un ataque del crimen organizado, sino a una ciudadanía desinformada,  llena de pánico y temerosa de las vidas de sus hijos.
A las 11:35 fue evacuado el Ilustre Instituto Veracruzano, por ambas puertas, sus vecinas las facultades de pedagogía, comunicación, contaduría y educación física de la Universidad Veracruzana, fueron evacuadas, sin el menor protocolo o seguridad para los propios alumnos. De pronto una ola humana de jóvenes invadieron el boulevard Ruiz Cortínez,  y de inmediato corrió el rumor, hubo una balacera dentro del Instituto, y el pánico se apoderó de las autoridades universitarias.
El miedo se apoderó de la ciudadanía, los celulares dejaron de funcionar, no había transporte, no había taxis, filas de estudiantes por las avenidas o pequeños grupos en las inmediaciones de las escuelas, que no daban crédito, y solo atinaban a hacer llamadas por celular. Pero así, sin más, fueron expuestos a las calles y avenidas, que supuestamente enfrentaban balaceras por doquier.

Los marcianos llegaron ya…y llegaron bailando… en helicópteros. 
El fenómeno muestra varias aristas que entender, la primera, la gran capacidad de movilización de las Redes sociales y lo útil y prácticos que son los llamados smarthphone; armas secretas de la ciudadanía que han mostrado su fuerza, para romper cercos informativos, como quedó claro, recientemente,  en las movilizaciones masivas en Oriente Medio y Europa, o en los EEUU, en la última elección presidencial, y el jueves pasado, ver para creer, en la zona conurbada de Veracruz-Boca del Río. Por otro lado, dejó en claro también la responsabilidad y fragilidad ética del uso y abuso de estas tecnologías.  La supuesta información nunca existió. Si todo mundo tenía su celular activo, ¿Por qué nadie saco una foto?, ¿Por qué nadie subió a la red una evidencia, un video?
Pero preocupa más la actitud a nivel de la conciencia y del realismo que  fue inhibido de inmediato. Nadie daba crédito a las informaciones contrarias, “NO HAY TALES BALACERAS”, “NO HAY ESCUELAS ATACADAS”, “NO SE ESTAN LLEVANDO NIÑOS DE LAS ESCUELAS”, nadie, en general, abrió un espacio para la duda, el análisis  y la reflexión. Personalmente asistí a la Secundaria José Azueta y a la primaria del Colegio Cristóbal Colón. Las autoridades y  los jóvenes aseguraron que en sus escuelas no había pasado nada, que solo estaban entregando a los niños porque sus padres estaban afuera pidiéndoselos llevar.  
Los “ilustrados”, quizá con más moderación, pero también hicieron llamadas para que sus esposas, trabajadores, choferes o familiares pasaran por sus hijos a las escuelas. Los trabajadores vivieron el carrusel informativo con angustia y desesperación.
Los veracruzanos del puerto y la zona conurbada no solo están sensibles, sino choqueados por las recurrentes y cercanas balaceras y ajusticiamientos. Apenas el martes 23, un comando había ejecutado a un hombre frente a una taquería y frente a un destacamento de la escuela naval que resguarda el museo y la funeraria Naval, en pleno centro de la ciudad y plena luz del día. La violencia y enfrentamientos del crimen organizado y las fuerzas federales, se cuentan casi por día, desde hace más de tres meses, los muertos y desaparecidos se cuentan por cientos en la ciudad. Los patrullajes militares y navales, si bien apoyados por la población, dejan una estela de miedo y vulnerabilidad en la ciudadanía. Los vuelos rasantes de los helicópteros, con francotiradores apostados, nos hacen ver lo frágiles que somos. La gente, los ciudadanos de a pie, no creen en los reportes oficiales, a la versión oficial de que “no pasa nada” o “todo está bajo control”, se lo llevo la balacera frente a una plaza, las persecuciones por las calles de las colonias más populares, los ejecutados o levantados de la cuadra, los tiroteos en calles concurridas. Con los medios amordazados y otros amenazados, la población tomo la comunicación en sus manos.
Los promotores del pánico social no son los “tweteros”, sino el Gobierno débil, ausente de los verdaderos problemas de la ciudad, distante de sus gobernados, sin comunicación social con la ciudadanía, sin operación política en la principal ciudad del estado, sin credibilidad, ni legitimidad, sin vocación de autoridad. En menos de tres horas, la Procuraduria Estatal afirmó: "Tenemos detenidos a dos ciberterroristas, causantes del pánico", uuuy¡! Puro autoritarismo.

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