MINUCIAS EN LA VIDA


El nuevo año y algunos propósitos

Genaro Aguirre Aguilar


Por alguna extraña razón entre los ritos decembrinos y de fin de año, hay algunas personas que deciden comprometer parte de su futuro en aras de alcanzare un puñado de propósitos para el año que se avizora.

No obstante, también suele ser costumbre que los susodichos propósitos muy pocas veces alcanzan a realizarse; pues siendo el tipo de sociedad que somos, sabemos que «prometer no empobrece» por lo que tampoco se nos puede ir la vida en garantizar alcanzar las metas pretendidas y anunciadas con «bombo y platillo». Si a esto le sumamos que no tenemos la experiencia de lo contrario (es decir que lo prometido se cumpla), un aprendizaje significativo al respecto, «brilla por su ausencia».

Aun con la certeza que esto supone, aprovecho la ocasión para señalar que trataré de cumplir por lo menos con un propósito que si bien nunca me lo he planteado de esta forma, en más de una ocasión lo he considerado como una necesidad razonable en mis relaciones académicas y personales, pero que suelo incumplir a la menor provocación: prestar libros y películas, pues suelo tener tanta confianza con colegas, amigos o estudiantes, que terminan por revelar lo confianzudos como para no devolver los prestamos.

Creo que todos tenemos experiencias al respecto, incluso se ha llegado a decir que es «tonto quien presta algo, pero más tonto el que lo devuelve». Pues bien, dejaré de ser un «tonto» para convertirme en un egoísta y no volveré a prestar nada relacionado con esto.

Eso sí, apelo a todos aquellos que me leen y conocen no sólo para que me acompañen en el logro de este propósito de principios de año, sino también para que me recuerden de este compromiso al ver que estoy por caer en la trampa de terminar prestando algo.

Gracias por su apoyo y comprensión.

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