Cómo describir el hecho y escribir la narrativa
Celia Rosado Romero
En la mira de los alumnos se denota la interrogante que los envuelve, cuándo se les pide una narrativa que pueda convertirse en una crónica periodística.
¡Qué tan difícil puede ser contar una historia a través de un hecho¡
Afirmación que resulta lógica, pero cuando se les pide a los estudiantes describir y narrar un acontecimiento noticioso o simplemente una anécdota familiar se les dificulta.
Un ejercicio primario en una clase de crónica es narrar el nacimiento personal. Suceso que de por si es conocido por familiares consanguíneos y consecuentemente de fácil acceso a su detallamiento
Que se requiere, en primera instancia: investigar en el seno familiar y con las amistades cercanas a la familia, un cúmulo de recuerdos convertidos en los datos que se redactarán en una narrativa cronológica.
A simple observación es sencillo pero en el transcurso de la tarea se da cuenta, el alumno, de su falta de técnica de investigación y de la dificultad que representa interpretar los hechos que le sean contados. La memoria juega con los datos y entremezcla percepciones personales que ponen duda la fidelidad de fechas y momentos.
Si tal ejerció la trasladamos a un hecho periodístico la complicación es mucho mayor, no sólo, desde el partir de seleccionar si el hecho vale la pena contarlo y consecuentemente escribirlo o narrarlo en algún medio electrónico o impreso, hasta poder describir el entorno del mismo que puede ser el que le de valor al acontecimiento.
Por ende, todos diariamente contamos anécdotas que con el tiempo se convierten en narrativas atractivas, lo complicado es saber qué quiere el lector saber de la crónica o qué quiere el autor que sepa el lector de la narrativa, es la idea lo primordial, de ese punto se desprende la técnica de la narrativa o sea el enfoque literario, y lo que significa a la sociedad o simboliza para la misma la idea. Se trata de la transparencia en las elecciones que se hace sobre los elementos de la historia
Julio Villanueva Chang nos dice: la herramienta es convertir los datos en conocimientos, es decir, fechas, estadísticas, nombres, etc., ya que se le dificulta al lector recordarlos. Es responsabilidad del autor matizarlos o encuadrarlos a través de comparaciones o figuras gramaticales como las metáforas para darles dimensión que permitan recordarlas con claridad y le den al texto su significado.
El lector en ocasiones lamenta no poder recordar toda la serie de elementos que le proporciona la narrativa, de tal suerte que tiene que releer las partes de nueva cuenta para recordarlas. Seducirlo para que continué con la lectura es primordial, se cuenta por ello en la matización de los elementos para lograr su comprensión.
Además, se necesita recordar, desmenuzar la maraña de datos que el ejercicio reporteril nos arroja al investigar el hecho. Es un caos que se le debe de dar formar desde la perspectiva de seleccionar lo que sirva para la historia o narrativa. Hay que saber cuales datos dar a conocer y cuales callar pero el material debe ser suficiente para seleccionar y darle la coherencia a los mismos, que aparentemente no tienen relación pero que al entrelazarlos nos brinda la oportunidad de darles el enfoque que la narrativa nos exige. El sentido a esos elementos incontextos es un reto para el autor.
Este paso a seguir es el que le da calidad y valor a la crónica y que sean pocos los escritores que desarrollen el género pues se da el caso de encontrarse en el límite de la coyuntura de clasificarlo como periodístico o literario.
No es raro encontrar que un reportero al redactar una crónica le despierte el interés de conocer a profundidad la noticia que lo lleve a redactar un libro y finalice denunciando o descubriendo detalles que escaparon en la primera aparición del suceso.
Julio Villanueva sugiere como una estrategia para detectar la certeza de la crónica leerse a si mismo. Tal medida permite descifrarnos en prima instancia y dejarle al lector la historia lo más clara posible. Así, no se perderá en el hilo conductor del orden que se desea dar a la historia.
Dentro de sus recomendaciones ubica el tiempo de la historia y la estrategia narrativa identificada por la mezcla de la información. Lo que nos dice es darle una función a cada párrafo escrito: unos para describir, otros para ambientar y otros para convencer la realidad que deseamos trasmitir. Serán los hilos conductores que articular la continuidad de la crónica.
La crónica brinda mediante la ambientación y los datos emoción o conocimientos al lector, a parte la importancia que tiene el género, se trata de escribir una historia digna de contarse. Además de hablar de ritmo como una característica de continuidad.
Con la intrusión de los medios electrónicos, la crónica parecería que es un género a desaparecer, porque el tiempo aire es fugaz y ha veces no permite la inclusión de la descripción o elementos que le dan la transparencia al contenido de la historia, sin embargo la crónica da la oportunidad de ver de un modo diferente un acontecimiento cultural, periodístico o político. Tal concepto lo aprovecharon los medios electrónicos para usar la narrativa en programas que cubre espacios considerables, sobre todo cuando se trata de historias de vida, o en casos donde las implicaciones políticas son notorias.
Actualmente los medios de comunicación bombardean con todo tipo de noticias, escoger la que merece contarse desde su inicio a fin es la que deberá ser crònicada.
Pero, regresamos al punto central del género: la selección como la parte primordial. Desde ese punto nacen las interrogantes que se plantean a todo redactor: ¿cuál es el impacto en la sociedad, de ese acontecimiento?;¿merece ser contada por sus implicaciones?; ¿dónde inicia el hecho periodístico?
Sin olvidar, el apego a la verdad del periodismo les va a dar verosimilitud a las historias que van a escribir y las convierte en la narración deseada.
Sin embargo detallar todos los elementos que intervienen en el género "crónica" van desde la observación, la descripción, el manejo del idioma en todas sus figuras gramaticales, la pertinencia, el ritmo, la evaluación del mismo hecho, etc.,Ante esto Julio Villanueva Chang (2005) nos dice:
La crónica es en ese sentido el género más libertino y democrático: ofrece la oportunidad de buscar no sólo a personajes y fuentes oficiales —autoridades, celebridades, especialistas—, sino también a gente ordinaria, esa especie de extras de cine mudo a los que nadie les ha pedido la palabra. Los cronistas tienen el privilegio de contar no sólo lo que sucede, sino lo que parece que no sucede. Una parte de las historias más memorables en diarios y revistas es aquella en la que sus autores han hallado un modo singular de contagiar esa fascinación que sintieron por lo descubierto. Ese modo en que un autor tiene de buscar ser sorprendido es lo que Carlo Ginzburg llama la "euforia de la ignorancia". La última tecnología sigue siendo la curiosidad.
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