Un foro para dialogar en la diversidad universitaria
Genaro Aguirre Aguilar
Cuando uno observa lo complejo para alcanzar consensos en el terreno político en nuestro país, lo menos a lo que se puede aspirar es que alrededor nuestro y entre pares el proceso sea menos arduo o doloroso, pero la experiencia muchas veces es tan igual al primer caso que terminamos postrados ante el asombro y la ceguera para seguir apostando por un mínimo bien común.
No obstante y para fortuna de quienes piensan que la experiencia humana suele ser mejor cuando se ensanchan las maneras de ver el futuro, hay quienes siguen empujando aún y pese a las divergencias manifiestas en una ecología como en la que habitamos los mexicanos. Por ello resulta encomiable reconocer la labor que realiza la Universidad Veracruzana Intercultural, quien por segunda ocasión hace suyo el interés de una parte de la comunidad académica y abre un espacio para dialogar en la diversidad, en la pluralidad propia de quienes conformamos la región Veracruz de la UV.
Junto a las facultades de Pedagogía, Educación Física y del grupo CyESEM de la Facultad de Comunicación, este 6 de mayo ha convocado al Foro Dialogar en la diversidad juvenil y universitaria, cuyo objetivo es abrir un espacio de encuentro para reflexionar sobre cómo se visibilizan y qué tipo de demandas de reconocimiento tienen las nuevas generaciones estudiantiles.
Como parte de la organización de este evento, lo que espero es que el foro permita a todos los participantes reconocer la pertinencia para tender puentes de entendimiento para con ello aprender a dialogar en lo diverso, plural y desigual, pues sólo desde un acto generoso como éste es que podremos ver un poco más allá de lo que permite alumbrar los faros en los que solemos confiar.
Algo sin duda urgente en estos tiempos cuando los desencuentros y sinsabores en lugar de detonar posibilidades para recrear otros mundos, suelen representar desazones, inquietudes, molestias, distancias. Preocupante si lo vemos a la luz de una cultura dialógica que debiera formar parte de una comunidad pensante como la universitaria, pero donde parece resulta complejo aceptar que abjurar a la pretensión del pensar igual, aún entre iguales y amigos, es otra manera de humanizar el sentido de pertenencia.
Al respecto tiene mucha razón Ismael Serrano cuando dice que si el ser humano no se atreve a ver más allá de su horizonte, seguirá imposibilitado para alcanzar otros umbrales de goce y de razón, en un mundo que necesita tender más puentes que fronteras. Y creo aquí los académicos tenemos una tarea pendiente, por ello la obligación de abrir espacios de diálogo como este foro intercultural, pues por algún lado tenemos que comenzar a reconocer a los chavos para ver así también aprovechamos la ocasión para comprendernos entre los docentes, aún en medio de los desacuerdos.
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