BLINDAJES DE CARICATURA


VÉRTICE POLÍTICO
Edgard González Suárez/24 de febrero/2011


BLINDAJES DE CARICATURA

El gobierno del estado se ha ufanado de que en las fiestas del carnaval, la ciudad y sus habitantes estarán blindados, frente actos de sabotaje o atentados de la delincuencia organizada.

Lo curioso no es la reiterada declarativa de funcionarios del área que intentan convencer del hecho a los ciudadanos sino lo vacío y precario de la fuerza y equipo estatal.

No sabemos bien a bien que quieren decir las autoridades con el “blindaje”, se entiende, por definición, que serán fechas a prueba de balas.

Es ridículo y grotesco el montaje de retenes a las entradas de la ciudad de Veracruz por parte de la Secretaría de Seguridad Pública, no solo por su falta de efectividad –por lo menos para lo que se supone que se colocan-, sino por su inoportuna instalación y el desorden y caos que generan.

Cada determinado tiempo, tres veces a la semana, en promedio, a la altura del puerto seco, justo antes de la entrada a las unidades habitacionales de Río Medio y las brisas, y exactamente a las 7 de la mañana, se instala un “reten” de la policía.

Dicho reten consiste en 4 camionetas Nissan tipo estaquitas más viejas y destartaladas que no sabemos cual sería su respuesta frente a una persecución, y 8 “agentes” que resguardan el reten.

Sí, a las 7am justo cuando comienza el día para cientos de miles de estudiantes, maestros y trabajadores de la zona norte de la ciudad, los oficiales se despliegan a lo largo de la carretera, comienzan a desviar el tránsito vehicular, para colocar los conos naranjas que anuncian maniobras sobre el asfalto. La carretera en ese tramo, tiene 4 carriles y ellos los “reducen” a 2, creando el más espantoso embotellamiento, precisamente a la altura de las maniobras de trailers y camiones de gran tonelaje que entran al puerto seco.

Los agentes muestran visible sobre peso y estragos de los desvelos o el mal dormir; mientras unos desayunan dentro de las patrullas, otros dos hacen el “trabajo” de revisión y uno más con una banderita roja señala y “jala” a los carros que serán revisados. Parece que les dijeron ¡que los sicarios llevan a sus hijos a la escuela muy temprano!
A esas horas de la mañana, los astutos oficiales policíacos generan dos filas, una que transita, muy lentamente, por el único carril libre –a la izquierda- y otra más corta de carros que van a ser revisados.

La “chamba” parece tener horario, entre las 9 y 10 de la mañana cesa la revisión, los conos siguen puestos y los agentes siguen recostados a la sombra, mientras otros pasean, de un lado a otro, con sus armas al hombro hasta las 13 horas.

Quisimos hablar con uno de los agentes para que nos diera detalle del “operativo” pero se negó, con cara de pocos amigos señaló: “no estoy autorizado para decir nada a nadie y el comandante no se encuentra”.

Lo peor del caso no es eso sino que también por órdenes de ¡nadie sabe quien! el mismo reten se pone del otro lado de la carretera, en dirección sur a norte y justo a las seis de la tarde y “revisan” hasta las 10 de la noche, el regreso a los cientos de miles de personas que retornan, después del trabajo, a sus hogares.

En suma, ese reten no sirve para nada, más que para crear un desorden aparatoso y perjudicial para los ciudadanos. Todos los narcomenudistas y sicarios ya conocen el reten y muy seguramente usan vías alternas para “correr” por la ciudad. Generan un caos terrible precisamente a las horas pico, justo cuando las vías de tránsito están saturadas y hacen imposible el paso ágil y seguro por esas vías.

Revisan a los ciudadanos con el solo  propósito de demostrar “trabajo”. Es muy probable que policías y sicarios se conozcan físicamente, quienes son, que autos usan, donde se esconden, pero muy seguramente no hacen nada por temor, por seguridad o por instrucciones superiores.

Semanas atrás, un reten, de características parecidas, pero a la entrada de la carretera federal que va de Poza Rica a Gutiérrez Zamora, con solo dos patrullas, y seis agentes, fueron rodeados, desarmados y abofeteados por un comando armado de 7 individuos y dos camionetas nuevas. Los amedrentaron, les quitaron las armas y les pidieron que trasmitieran un mensaje a sus jefes: “díganle a su jefe que esta es nuestra carretera…aquí no hay retenes que valgan…si los volvemos a ver aquí miren lo que se van a comer”, acto seguido descapotaron una camioneta tipo lobo, con llantas reforzadas tipo tractor y una metralleta o bazuca colocada en el cofre.

Los polis palidecieron, los voltearon, les vendaron los ojos y les dispararon… pero a las patrullas. A ellos los dejaron vivos para que contaran la historia.

A mi me sigue pareciendo que las fuerzas policíacas del estado solo pueden hacer blindajes de caricatura.


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