CARMEN Y LA INSIDIA DE LOS GOBERNANTES

VÉRTICE POLÍTICO

Edgard González Suárez/11/feb/2011

CARMEN Y LA INSIDIA DE LOS GOBERNANTES

Para Luis Velázquez,

con afecto y comprensión.

La crisis desatada por el despido de Carmen Aristegui de MVS noticias, nos debiera colocar en la tesitura comparativa con el manejo de la información, de la Prensa y de los periodistas que hacen los poderosos de todos los gobiernos.

La salida de Carmen Aristegui del aire, representa un ataque directo a la libertad de expresión y el derecho a la información. Carmen y su estilo editorial gusta a una gran parte del espectro ideológico del país, representa el pensamiento analítico de una buena parte de la “inteligencia” de este país; y desde luego aborda periodísticamente los puntos más álgidos de los sucesos en México. Carmen representaba la creencia misma de la pluralidad, la tolerancia y la democracia extensiva y ciudadana.  Sus comentarios, reflexiones, cuestionamientos y análisis incomodaban a no pocos; a la Iglesia Católica (el caso Maciel); El gober precioso (el caso de lydia Cacho); La Secretaría de Seguridad Pública (el caso Florence Cassez); a los políticos conservadores (el caso Diego y Balseca); Televisa y TV-Azteca (las concesiones en Telecomunicaciones).

El despido de Carmen representa un ataque directo a la opinión pública, a la sociedad transformada en ciudadanía y deja al descubierto el verdadero carácter, y sentir, de quienes hoy gobiernan este país. Su autoritarismo, su ilegalidad, su abuso y brutalidad al frente de los poderes políticos e incluso, si es que hubo presiones de la Presidencia, para el caso de los concesionarios de la radiofonía, la brutalidad y sumisión de los empresarios del ramo.

En esta columna he estado insistiendo en la difícil relación de la Prensa y el Poder, en lo “sensibles” que algunos políticos se muestran  frente a la crítica, al argumento contundente, a los hechos.  Lo mismo  en el centro del país que en sus regiones y provincias. Veracruz no es un caso muy distinto, donde los poderes formales han dado muestras de su intolerancia y su desprecio por el trabajo periodístico independiente.

Es claro que en una democracia, por lo menos aquella que se preste de ello, la libertad de expresión, el derecho a la crítica, a la pluralidad y el respeto a la diversidad de opiniones debería estar garantizada a toda costa y a toda prueba.

No todo en la vida privada de los gobernantes es de interés público, pero en una democracia, las privaciones, enfermedades o depravaciones de los gobernantes si lo son, y lo son por que sus actuaciones pueden poner entre dicho el destino y futuro de los ciudadanos.  Precisamente los funcionarios o los servidores públicos saben que por el carácter de sus funciones, su vida privada ha dejado de serlo en muchos sentidos. El gober “precioso” fue exhibido por radio y televisión y nos permitió ver la calidad moral de quien tomaba decisiones dentro del estado de puebla; su afición al cognac, a las menores de edad y poner a la justicia al servicio de intereses privados, acabo por demostrar la calidad y estirpe de una buena parte de la clase política, no solo poblana sino nacional.

Si el Presidente es un alcohólico, entonces esta enfermo, y si esta enfermo, la ciudadanía tiene derecho a saberlo, y tiene derecho a cuestionarlo, y el propio Presidente o su oficina ejecutiva el derecho de negarlo o matizarlo.

El tema del alcoholismo del Presidente no es un “rumor”, es un tema de opinión pública, destacado en varios medios de comunicación, satirizado en varios programas del giro. Caricaturistas, editorialistas, activistas, analistas, enemigos del presidente, etc., lo han comentado y lo han filtrado a la Prensa y su expresión máxima se desarrolló en esa sesión de la cámara de diputados donde un grupo de diputados del PT pudieron expresarlo a su manera.

El Presidente alcohólico me parece más bien el pretexto para sacar del aire a una periodista crítica, cuestionadora e incomoda para algunos en el poder. Sin embargo, dejó al desnudo la verdadera cara de los poderosos  y el verdadero rostro de los “demócratas” de pose y discurso…que por cierto los hay en todas las esferas gubernamentales.